El significado de la carta de Esquizofrenia en el tarot Osho Zen, por medio de la figura que muestra, se encarga de dar un nuevo giro a la vieja idea de encontrarse atrapado entre la espada y la pared. Nos encontramos exactamente en este tipo de situación en el momento en el que nos quedamos atrapados en el aspecto indeciso y dual de la mente.
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¿Habría que soltar los brazos y caer de cabeza, o soltar las piernas y caer de pie? ¿La respuesta debería ser sí o debería ser no? Indiferentemente de la decisión tomada, siempre debemos preguntarnos si hubiera sido mejor de la otra manera.
De esta manera, la única manera de escapar del dilema consiste en soltarse de ambos extremos al mismo tiempo. Resolviendo y elaborando planes desde la mente no podrás encontrar la salida de uno de ellos.
Por esta razón, lo mejor es que sigas a tu corazón, si puedes encontrarlo. En caso de que no puedas, entonces tienes que saltar. Es en ese instante cuando tu corazón comenzará a latir tan rápido que no existirá equivocación respecto a dónde se encuentra.
El Río de la Integración pinta un cuadro en el que la margen izquierda del río representa el extremo de rigidez y resistencia al cambio, mientras que la margen derecha representa el extremo del caos y la sensación de agobio. Y en medio del río, ahí es donde fluimos en aceptación, presencia y amor.
Si venimos del lado rígido o de la margen izquierda del río, tendemos a ser controladores, obsesivos, desconectados de nuestros sentimientos, demasiado apegados a nuestras creencias y por ende, defensivos. Si pasamos más tiempo en la caótica orilla del río, entonces probablemente estemos más dispersos, demasiado sensibles, fácilmente abrumados y más fácilmente re-estimulados. Vivir en cualquier extremo es problemático y desafiante.
La solución para vivir en ambos extremos es la conciencia y la aceptación, seguidas de la integración. Comenzamos con la conciencia de aspectos de nosotros mismos que no están integrados, y solo después de aceptar estos aspectos, partes o comportamientos, podemos integrarlos.
La curación viene a través de la integración, el equilibrio de los extremos, una rama de olivo ofrecida entre «enemigos», un diálogo interno de aceptación y compasión. Requiere acceso a alguna parte del Ser que puede simplemente observar, algún testigo capaz de observar nuestros pensamientos y emociones sin aterrizar en ellos, sin convertirse en ellos. (Aquí es donde entra la atención plena).
Cuando conocemos cada parte, cuando podemos observar sin juzgar y tratarla con compasión, no hay razón para polarizar o amplificar. Calma y centra. Se sincroniza. Confía en nuestro propio núcleo.
Muchas personas, cuando se imaginan una parte de sí mismos como niños fuera de su cuerpo (experimentando la vida de ese niño, sintiendo sus sentimientos) notan una conmoción interna, incluso una liberación, reconociendo que mientras sienten empatía y hablan con compasión a un niño fuera de sí mismos , también están aterrizando en su propia parte infantil, escuchando sus propias palabras de compasión y sintiéndose aceptados.
Este amor interno, aceptación y aprecio sin juicio, cambia toda la experiencia de vivir. La autocompasión intencional ofrece la liberación de todas estas reglas arbitrarias que hemos seguido. Es una oportunidad de experimentar la libertad y la conexión simultáneamente, internamente, sabiendo que mientras navegamos por los innumerables sistemas del mundo, la integración externa se hace eco interna.
Las enseñanzas de Osho sobre la carta de Esquizofrenia
Debemos aceptar que estamos divididos. Al menos ahora, la esquizofrenia es considerada una condición normal del ser humano. No obstante, en el mundo primitivo, debido a siglos de condicionamiento, civilización, cultura y religión, han hecho del humano una multitud, estando dividido, partido y contradictorio.
Pero ya que esta división va en contra de su naturaleza, profundamente, oculta en algún lugar, la unidad sigue sobreviviendo. Debido a que el alma del humano es una sola, todos los condicionamientos consiguen destruir a lo sumo la periferia del hombre.
El centro continúa sin ser tocado, y gracias a esto la humanidad sigue viviendo. Sin embargo, su vida se ha convertido en un infierno. El esfuerzo del zen consiste precisamente en dejar de lado la esquizofrenia, abandonando esta personalidad dividida, abandonando la mente dividida del hombre, volviéndose uno centrado y cristalizado.
Justo como eres en este momento no puedes llegar a decir que eres, porque no posees un ser. Eres como una plaza en el mercado, llena de voces. Cuando quieres decir que sí, el no aparece allí de manera inmediata. No eres capaz de pronunciar un sí de manera total. Cuando esto ocurre, la felicidad no es posible, y la infelicidad es la consecuencia natural de una persona que está dividida.