El significado de la carta de Pereza en el tarot Osho Zen se muestra a través de un caballero que se encuentra en una grandiosa y cómoda silla, bajo una sombrilla, con gafas de sol, zapatillas rosadas y una piña colada en su mano.
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No cuenta con la energía necesaria para levantarse y hacer algo, porque siente que ha hecho todo lo que tenía que hacer. Todavía no ha visto hacia la derecha para observar el espejo que se está resquebrajando a su alrededor, lo que es un signo de que el lugar que piensa que finalmente está estable en realidad se encuentra a solo momentos de romperse en pedazos y disolverse ante sus ojos.
El mensaje que aporta esta carta es que tu destino final no es aquel lugar en el que vacacionar tranquilamente. El viaje no ha terminado en realidad, como nos lo muestra el ave de color blanco que vuela en la inmensidad del firmamento.
Tu complacencia puede haber surgido por un sentido real de logro, pero ha llegado el momento de moverse nuevamente. No importa qué tan cómodas sean las zapatillas, o qué tan deliciosa sea la piña colada, siempre hay muchos más cielos que esperan por ser explorados.
Las enseñanzas de Osho sobre la carta de Pereza
A las personas perezosas no les gusta gastar tiempo y energía buscando cosas. Una persona astuta y perezosa con estallidos ocasionales de motivación aprende a organizar su entorno. Se dan cuenta de que pueden tener más tiempo inactivo si tienen un sistema para organizar sus cosas.
La persona perezosa puede no mantener la casa limpia, pero eso no significa que no sepa dónde están sus destornilladores. ¿Por qué? Porque se dan cuenta de que pueden ahorrar tiempo si tienen un lugar para guardar sus destornilladores.
La persona perezosa aprende rápidamente a mantener sus controles remotos en el mismo lugar (en la mesa de café en una canasta pequeña). Incluso cuando tienen sueño por un maratón de Lost de diez horas, saben que deben volver a poner el control remoto en la canasta. Aún mejor, si una persona perezosa decide cambiar sus costumbres, la organización es un obstáculo menos con el que lidiar.
La persona perezosa mantiene sus días libres y su horario abierto. Esta falta de compromisos puede conducir a una recreación pasiva, días perdidos (años) y atrofia mental. Pero debido a que tienden a evitar la programación excesiva, las personas perezosas tienen la flexibilidad de concentrar todas sus energías en crisis inesperadas. No siempre pueden evitar un desastre, pero debido a su flexibilidad tienen el tiempo y la opción de intentarlo.
Compare esto con la persona agotada, con exceso de trabajo y con demasiados horarios que hace el trabajo de cuatro personas. Cada minuto libre de su vida está reservado y contabilizado.
Cuando tienen que lidiar con algo inesperado, sus manos están atadas. Se ven obligados a cancelar citas, romper compromisos y, en general, trabajar más por sí mismos. Ambos enfoques están desequilibrados, pero al menos la persona perezosa tiene la flexibilidad para (intentar) manejar los desastres.
Cuando hace algo lo suficientemente bien la primera vez, puede evitar el dolor de repetir la tarea.
Una persona perezosa tiende a buscar el camino de menor resistencia. Especialmente cuando alguien está mirando por encima del hombro, aprenden rápidamente que pueden evitar el trabajo extra si se toman su tiempo y descubren cómo terminar una tarea con un mínimo de esfuerzo.
Su trabajo puede ser mediocre, rayano en lo deficiente, pero son lo suficientemente astutos como para comprender lo poco que pueden hacer para salir adelante. Puede que no terminen primero o más rápido, pero para evitar el trabajo adicional, lo harán lo suficientemente bien.
El sentirse perezoso es una tendencia negativa porque te sientes ausente de energía, como si estuvieras apagado, adormecido o muerto. Cuando te encuentras en un estado en el que no haces, entonces te encuentras lleno de energía, lo que es un sabor bastante positivo. Eres energía pura y desbordante. Te encuentras radiante, burbujeante y vibrando. No estás realmente dormido ni muerto, por el contrario, estás tremendamente alerta y completamente vivo.
Es posible que la mente te esté engañando, porque puedes estar racionalizando la pereza como un “no hacer”. Puede que sientas que te has convertido en un maestro zen y que crees en el Tao, pero no hay nadie a quien puedas engañar más que a ti mismo. Debes permaneces alerta